miércoles, 9 de marzo de 2011

Problemas psicológicos de adolescente... a los 28 años

Enfilando los 29 años, y aunque me cueste trabajo ausmirlo, estoy teniendo ahora los problemas psicológicos que debería de haber tenido a los 14. No lo entiendo. No me entiendo a mí misma. Pero para arreglar un problema, el primer paso es reconocerlo.

Programas de televisión con presentadoras pseudo-periodistas de cuerpos esculturales y piernas interminables, modelos de sujetadores "bra" que se contonean solas en una cama de impolutas sábanas blancas, anuncios de vaqueros que hacen que más de uno se parta las cervicales al girarse para mirar un buen culo son, entre otras muchas "especies", mis peores enemigas ahora mismo.

Comencé a tener sorebeso a los 5 años. Los kilos de más, al igual que la miopía, son algo con lo que he vivido toda mi vida. Hasta ahora, casi ningún problema, a excepción de los insultos crueles de compañeros de clase, gente estúpida, valientes viandantes con los que te cruzas por casualidad y las tiendas de moda, que no entienden que las gordas también tenemos derecho a vivir, aunque a ellos, les den ganas de quemarnos vivas en la hoguera.

Los expertos dicen que "la gran presión social sobre la delgadez que se ha vivido en los últimos años con los medios de comunicación, la publicidad y la moda, al plantear el canon de belleza y la importancia en nuestra sociedad del culto al cuerpo y la veneración a los cuerpos delgados proponiendo metas de adelgazamiento", es uno de los principales factores que empujan a dejarse llevar por la bulimia, la anorexia o cualquier otro desorden de tipo psico-alimenticio.



No creo que en mi vida haya tenido a chicos feos, poco agraciados o esperpénticos a mi lado. Me doy por satisfecha, muchas otras chicas han deseado a alguna de mis parejas en algún momento de su vida.

Y sin embargo, ahora que todo cambia, que mis parámetros, mi forma de encarar la vida, de plantearme cosas como la edad que nos separa de la persona amada, su pasado o su presente han sido superadas, justo ahora, me vuelvo paranoica con los cuerpos perfectos, casi adorándolos cada vez más y odiando y menospreciando el mío propio.

No lo entiendo. Casi siempre he sabido salir solita de los atolladeros. Y ahora, en vez no sólo de no entrar y quedarme al margen, como había logrado durante estos 28 años, me meto de lleno yo sola en la boca del lobo.

¿Dónde está mi fuerza, mi entereza, mi ánimo? ¿Dónde está mi valor? ¿Merece la pena un cambio tan radical y fuera de fecha tan sólo porque la persona a la que amo ha estado con chicas esculturales durante sus últimos 20 años de vida? Me esfuerzo en recordarme que soy la autora de mi propia vida...

Eres libre de quedarte a mi lado o salir corriendo. Eres libre de amarme por mi persona o por mi físico. Y también eres libre, por desgracia, para querer ser egoísta. Para reconcoer que nadie te ha amado como yo, pero para desear que además de todo eso que te doy y nadie te había dado en 35 años, sería perfecto si viniera envuelto en un precioso y escultural cuerpo. Pero ¿sabes? La avaricia rompe el saco.

Aquí sólo hay dos finales posibles: o me amas tal y como soy y me apoyas y me valoras, o acabarás por quedarte sin mi amor, sin mi (feo) cuerpo y con una bala en el bolsillo que te pesará toneladas el resto de tus días. Tú decides.

1 comentario:

  1. Holaaaa, esta entrada es de hace tiempo y la he encontrado por casualidad buscándo otra cosa en Google, pero me he quedado flipada!!! Miraaa, tenemos muuucho en común, si por casualidad lees esto, pásate por:

    Adolescentealos28.blogspot.com

    Bss de color Violeta...

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